Siempre hay polémicas con el cine español. La gente habla de él como un cine lleno de drogas, putas y maricones. Sin embargo la industria nacional cada vez tira más y buena muestra de ello es la expectación creciente que crean los premios Goya, los Oscar españoles.
Presentado por Andreu Buenafuente con su humor inteligente, este domingo la gala de la XXIV edición de los premios Goya fue la más vista de la historia con 4'6 millones de espectadores, récord reflejo de la buena salud del cine nacional.
El nombre que más sonó, como muchos ya saben, fue Celda 211, de Daniel Monzón. Sus productores recibieron el galardón a la mejor película de manos de Pedro Almodóvar, que se reconcilió de esta manera con la Academia de Cine español por "tener un presidente -Álex de la Iglesia- muy pesado, que ha insistido hasta hace dos días en ello", según dijo. El manchego, que había abandonado la institución en el 2005, apareció por sorpresa y junto a Penélope Cruz y Javier Bardem atrajeron todas las miradas de los asistentes y de los medios (y por tanto, del público). Cruz y Bardem, ambos ganadores del emblemático Oscar, acudieron juntos por primera vez a un evento estrictamente cinematográfico como pareja.
Celda 211 cumplió con los pronósticos recogiendo 8 galardones. Tres de sus cinco intérpretes fueron ganadores en sus categorías: Luis Tosar (mejor actor protagonista), Alberto Ammann (mejor actor revelación) y Marta Etura (mejor actriz de reparto).
Llega a Max México la película que dividió a Estados Unidos. El último
trabajo como director de uno de los mejores guionistas contemporáneos de
Hollywood
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